domingo, 8 de julio de 2012

Danzón arrítmico.

Puedo tocar los danzones más tristes esta tarde...
quitarles su alegría genética, teñirlos de bemoles,
distorsionarles sus notas pa dejarlas  reverberando como el recuerdo
de esos días cálidos veraniegos, y otros varios ejemplos,
sin partituras menesteres, solo la intencionalidad de sonar de una manera...

Puedo tocar cuecas cobardes,
 como la cobardía de escapar antes de resolver complejidades,
de refugiarnos en nuestras certezas mal aprendidas,
puedo tocar y seguir escondiéndome tras la guitarra.

Puedo tocar cosas que no existen con la yema de mis dedos,
los mismos que te afirmaron y tocaron tu rostro, en los primeros días recordados.

Puedo cantar, como buscándote, y caminar los lugares de nuestras tardes,
escuchar lo que acostumbrábamos, recordarte...
Mas los danzones no están hechos pa ser tristes, ni la cueca pa cobarde...
Puedo hacer tantas cosas que quiero, menos una de ellas, tocarte.
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